09 Dec
09Dec

Entre el 3 y el 10 de agosto fui a Dublín para participar en una formación sobre cómo utilizar técnicas de dramatización en el aula y fue una experiencia muy enriquecedora.

El grupo de clase lo formábamos trece profesores de diferentes países europeos, la mayoría bastante motivados por el tema del curso. La formación fue básica, como no puede ser de otra forma en tan solo cinco días de curso, pero muy intensa. Desarrollamos actividades y dinámicas que demandan una gran implicación personal y emocional y que, en algunas ocasiones, chocaban con la timidez o la inseguridad, pero que, en compensación, eran muy divertidas y servían para aumentar la confianza y beneficiaban el desarrollo personal. La persona que impartía la formación destacaba por su profesionalidad, su conocimiento del tema y su cercanía, y tanto ella como el resto de los compañeros del curso son, sin duda, lo que más recordaré de esta experiencia.

Además de estar muy satisfecho con la formación, la experiencia fue fantástica y me permitió relacionarme de forma amistosa con otros compañeros durante esos días y establecer lazos personales y profesionales. Juntos participamos en otras actividades propuestas por la escuela (excursiones, clases de baile, …) y visitamos lugares emblemáticos de la ciudad de Dublín. Uno de los mejores recuerdos que me llevo fue la visita a un típico pub irlandés con varios compañeros para escuchar un concierto de música en directo.


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