Nico y Ruth

Tras superar el proceso de selección que tuvo lugar a finales del curso pasado, se nos informó del país elegido… ¡Italia! Así que comenzamos a prepararnos para la aventura.

Llegamos a Lecce a mediados del mes de enero, con una gran acogida por parte de las familias del intercambio, y con muchas ganas de disfrutar esta experiencia. Teníamos dudas sobre cómo sería, ya que era la primera vez que se hacía un intercambio tan largo y quedando solos allí.

Durante los primeros días nos dedicamos a tantear el terreno: cómo era la gente, cómo era el día a día en esa ciudad, cómo funcionaba el instituto, etc. Nos sorprendieron las diferencias culturales que encontramos, ya que, a pesar de tener la idea de que somos muy parecidos, hay algunos aspectos a los que nos tuvimos que adaptar: los horarios de comidas, ir a clase los sábados, y la forma de vida, en general. No obstante, rápidamente supimos adaptarnos a las circunstancias y encajar. La gente del instituto IT Grazia Deledda nos recibió muy bien, conocimos a mucha gente, hicimos grandes amistades, y tuvimos la oportunidad de visitar otras ciudades cercanas (Galípoli, Albero Bello, Novoli…) y realizar diversas actividades (surf, cocina, vóleibol…). Conectamos muy bien con nuestros homólogos. De hecho, nos dio mucha pena despedirnos, pero era una despedida más dulce que triste, ya que sabíamos que nos reencontraríamos unos meses más tarde cuando ellos vinieran a Segovia.

La espera se hizo larga y el reencuentro estuvo a la altura de las expectativas. Giacomo y Daphne vinieron durante el mes de abril. Intentamos seguir su ejemplo y también hicimos muchas actividades con ellos, visitando distintos lugares de la península como Burgos, Santander, Madrid…y obviamente les enseñamos todo lo que ofrece Segovia. Esto sirvió para reforzar nuestra amistad y nuestros lazos.

La experiencia vivida se la recomendamos a cualquier persona que esté dispuesta a arriesgar y salir de su zona de confort. Este intercambio nos sirvió para conocernos mejor, pero también para apreciar las riquezas culturales propias y ajenas. ¡Sin duda repetiríamos la experiencia!